viernes, 30 de noviembre de 2012

Palpitando el 2D.



Plaza Saavedra: Dorrego al 3400.
Bondis que te acercan: 112,130,128 y algunos mas que podes averiguar por ahí.

Salut,
Movimiento Cajonardi.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

La cultura en la verdura - Se viene la segundita


A la comunidad toda.

Siguiendo la ausencia de protocolo y la alternancia en el tiempo que nos caracteriza nos sentamos a escribir unas lineas que esperamos sirvan para construir nuevos encuentros.

Desde los que motorizamos movimiento cajonardi creemos que la perdurabilidad en el tiempo de esta comunidad se apoya en la comunicación en todas sus vertientes, ya sea en publicaciones, mails esporadicos, una receta, una imagen y mil palabras.

Por mas que nos sientan como hippies, no escapamos a las modas por lo que a 8N, 7D, 11S, 15M venimos a sumarle el 2D que nada tiene que ver ni con falsos reclamos derechistas, ni con historicas reivindicaciones adornadas de populismos, atentados concretados por fanaticos religios devenidos en terroristas, ni historicos cines ausentes de tecnologias. Nada de eso. El dos de diciembre sera un día de fiesta!!!!!

El fin de año se nos viene encima y como dicen que el fin del mundo esta cerca queremos que nos encuentre juntos y de fiesta. Nos estaremos encontrando en la Plaza Saavedra, por dorrego al 3400, el 2 de Diciembre a las 18hs con una suerte de kermes animada por productores independientes, cooperativas y organizaciones, músicos y artistas. A todo aquel que quiera participar sabe que este espacio es abierto, con la intención de generar nuevos lazos lejos de la bolsa de comercio. Si tenes ganas comunicate con este movimiento que los tablones están asegurados en el corazón de zona sur. Seguimos creyendo que somos los responsables de cambiar la realidad desde lo cotidiano, desde el encuentro con el otro y con la otra. Somos muchos.

El abrazo de siempre.
Movimiento cajonardi - Zona Sur Produciendo

lunes, 19 de noviembre de 2012

MC Difunde

16 de Octubre – 20 de Noviembre

NO A LA NUEVA LEY DE SEMILLAS. CAMPAÑA POR LA SOBERANÍA ALIMENTARIA Y POPULAR

Invitamos a todxs a participar de la Radio Abierta con intervención artística que desarrollaremos el Martes 20 de Noviembre desde las 18.30 hs. en la estación de trenes de la Ciudad de Capitán Bermúdez (Avda. San Lorenzo - Ruta 11 - y Santa Fe)

Desde Rosario un conjunto de organizaciones sociales, culturales y políticas, que venimos compartiendo espacios de articulación y resistencia a la expresión regional del modelo de explotación y de saqueo (el agronegocio), nos convocamos esta vez para impulsar un CAMPAÑA CONTRA LA NUEVA LEY DE SEMILLAS, POR LA SOBERANÍA ALIMENTARIA Y POPULAR.

Hacemos un llamado a rechazar este proyecto de ley diseñado por la multinacional Monsanto y el Gobierno Nacional. Dicho proyecto fomenta la privatización de la vida y del conocimiento, profundiza el control monopólico de la cadena alimentaria, restringiendo, aún más, la capacidad del pueblo de decidir sobre la producción y el consumo de los alimentos. Por todo esto, consideramos necesaria la movilización popular y la unidad de los que resisten al modelo.

De esta manera, invitamos a todxs a participar de la Radio Abierta con intervención artística que desarrollaremos el Martes 20 de Noviembre desde las 18.30 hs. en la estación de trenes de la Ciudad de Capitán Bermúdez (Avda. San Lorenzo - Ruta 11 - y Santa Fe)



No a la privatización y mercantilización de las semillas y de la vida.

Fuera Monsanto y las corporaciones extractivas de América Latina.

No al colonialismo y militarización de nuestros territorios.

Derogación ya de la Ley Antiterrorista.

Juicio y castigo a los responsables y culpables de los asesinatos de Cristian Ferreyra y Miguel Galván.

POR UNA AGRICULTURA PARA ALIMENTAR Y EN MANOS DE LOS PUEBLOS.

POR LA INTEGRACIÓN SOLIDARIA DE NUESTROS PUEBLOS.

POR LA SOBERANÍA ALIMENTARIA Y POPULAR.



Semillas de Rebelión; Escuela de Educación Ambiental Chico Mendes; Cátedra Libre de Ecología Popular; Llamamiento por la Unidad (ATTAC, Casa de la Memoria, Mov. Amplio de Izquierda, Mov por la Unidad Latinoamericana y el Cambio Social, Unión de Militantes por el Socialismo); Socialismo Libertario en la COMPA; Frente Estudiantil Independiente (Facultad de Ciencias Médicas de la UNR).

jueves, 15 de noviembre de 2012

14 de noviembre de 1909 - El asesinato del coronel Ramón Falcón


Por Felipe Pigna

El 1º de mayo de 1909, los gremios anarquistas y socialistas decidieron conmemorar en reuniones separadas el día de lucha de los trabajadores. Los socialistas lo hicieron en Constitución y los anarquistas en la Plaza Lorea, frente al Teatro Liceo, a pocos metros del Congreso.

Desde temprano comenzaron a llegar las familias obreras con sus banderas rojas y negras dispuestas a homenajear a los mártires de Chicago. Protestaban contra la desocupación, los bajos salarios y la indiferencia del gobierno ante los problemas sociales de la mayoría de la población. Durante el acto se sucedieron en el uso de la palabra encendidos oradores, hombres y mujeres que invitaban a la rebelión y a organizarse para cambiar la sociedad.

El coronel Ramón Falcón, jefe de la Policía, desde su auto, observaba atentamente la reunión. Muchos manifestantes lo insultaron al reconocerlo y volaron algunas piedras. Falcón dirigió personalmente la represión y dio la orden a la policía montada, al mando del comisario Jolly Medrano, jefe del Escuadrón de Seguridad, de dispersar la manifestación a sablazos y balazos.

El reportero del diario La Prensa escribía que Falcón se bajó del auto y dijo: “Hay que concluir, de una vez por todas, con los anarquistas en Buenos Aires”, y recurriendo a la obediencia debida, agregó que eran instrucciones del ministerio del Interior. Tras la orden del comisario, comenzó la masacre. El saldo fue de once obreros muertos y ochenta heridos, entre ellos, varios niños. (…)

El 4 de mayo, más de 60.000 personas se concentraron frente a la morgue, esperando la entrega de los cadáveres, para acompañarlos hasta la Chacarita. En un acto de barbarie sin precedentes hasta el momento, pero que se tornará una tradición de aquí en adelante, la policía le arrebató los féretros a las familias obreras para impedir que se concretara el multitudinario cortejo fúnebre. Los “cosacos” dispersaron a la mayoría, pero 4.000 aguerridos militantes lograron llegar hasta el cementerio. A la salida, integrantes de la comisaría 21 volvieron a balear a los obreros.

Mientras tanto, en la Casa Rosada, dirigentes de la Bolsa de Comercio le rendían tributo al “heroico” coronel Falcón, que estaba siendo felicitado por el presidente José Figueroa Alcorta.

Inmediatamente las dos centrales sindicales, la UGT socialista y la FORA anarquista, convocaron a la huelga general y exigieron justicia y la expulsión de Falcón de la jefatura de Policía. La respuesta del gobierno fue la confirmación de Falcón con todos los honores. Durante toda esta “Semana Roja”, como se la conoció, la huelga fue total. Entre los presentes en el acto de Plaza Lorea se encontraba un joven anarquista ruso llamado Simón Radowitzky (imagen).

Había nacido en Kiev, Ucrania, en 1891. Con sólo catorce años de edad, Radowitzky participó activamente en las protestas y sublevaciones de 1905, conocidas en la historia como la primera revolución rusa. Huyendo de las persecuciones zaristas, llegó a la Argentina en marzo de 1908 y entró inmediatamente en contacto con los círculos anarquistas locales. Según cuentan los que lo conocieron, quedó profundamente impresionado por la represión de mayo de 1909 desatada por Falcón. Comentaba que la policía montada les recordaba a los cosacos zaristas que con sus sables dejaban un tendal de obreros muertos en las concentraciones anarquistas de Rusia.

Radowitzky asistió a las reuniones que condenaban la acción de Falcón y la actitud del gobierno que le aseguraba impunidad al comisario, acercándose a los grupos que propiciaban “la propaganda por el hecho”, partidarias de la acción directa y de planificar el “ajusticiamiento” del coronel Falcón.

Tras varios meses de preparativos, todo estaba listo la mañana del 14 de noviembre. El joven Simón salió poco antes de las once de su casa de la calle Andes 394. Tomó el tranvía 17 y descendió en la esquina de Callao y Quintana. Caminó por Quintana hacia el cementerio de la Recoleta y esperó unos minutos. De pronto vio salir un coche Milord. En su interior, el coronel Falcón charlaba con su secretario, Juan Lartigau. La conversación lo tenía tan ensimismado que no advirtió la extrema cercanía de aquel joven vestido de negro, que sin mediar palabras le arrojó un paquete que fue a dar al piso del coche entre sus piernas. Falcón no tuvo tiempo de reaccionar, un terrible estruendo rompió el rodado y lo arrojó junto a su acompañante sobre el empedrado de Quintana. Sus piernas quedaron destrozadas al igual que las de Lartigau. Para cuando llegó la asistencia pública, los dos estaban prácticamente desangrados. Fueron trasladados de urgencia al Hospital Fernández, donde morirían horas después.

Tras arrojar la bomba, Simón Radowitzky corrió por Callao hacia el Bajo, pero fue perseguido por policías y civiles que lo arrinconaron contra una obra en construcción. Al verse acorralado, extrajo un revólver y tras gritar con un inconfundible acento ruso “viva la anarquía”, se disparó un tiro sobre la tetilla izquierda. Los nervios le jugaron una buena pasada y sólo se produjo heridas leves. Tras el disparo sus perseguidores se arrojaron sobre él y lo condujeron casi a la rastra hasta la comisaría 15, donde fue salvajemente torturado en sucesivos interrogatorios. Radowitzky se negó a hablar y sólo decía: “tengo una bomba para cada uno de ustedes” y “viva la anarquía”. Nunca dirá el nombre de los compañeros que colaboraron en el atentado. Con el tiempo se supo que fueron al menos cuatro.

Cuando todo indicaba que iba a ser sumariamente condenado a muerte, un tío de Simón, Moisés Radowitzky, de profesión rabino, aportó su partida de nacimiento que determinaba que era menor de edad, lo que evitó el fusilamiento. Se sustanció un proceso de una rapidez inusitada para los tiempos de la justicia argentina y se dictó una sentencia que no registraba antecedentes: se lo condenó a prisión por tiempo indeterminado y a ser sometido a pan y agua durante veinte días cada año al cumplirse los aniversarios del atentado.

Tras una breve estadía en la Penitenciaría Nacional de la calle Las Heras y tras un intento de fuga, fue trasladado al penal de Ushuaia, donde permanecerá hasta 1930, tras 21 años de prisión, transformándose en un símbolo para el movimiento obrero anarquista que no dejará jamás de luchar por su libertad.

Fuente: Felipe Pigna, Los mitos de la historia argentina 2.